Ahí está, ya ha llegado, como todas las semanas. Los sábados y domingos a las cuatro de la tarde se abren las puertas del Teatro para recibir al público y a él, por supuesto, ya tiene su sitio guardado junto al piano. Se apagan las luces y se enciende la pantalla de cine mudo, y él con su cháchara fluida empieza a contar la historia de la obra, todos están atentos a lo que él cuenta.
Se escuchan risas, suspiros, exclamaciones. Al cabo de hora y media todos marchan felices y se despiden de él hasta la semana siguiente, diciéndole: "adiós Agustín", "hasta el sábado".
Él sale muy contento al ver que todos le animan a que siga. Y yo, con un orgullo aún más grande que mi pequeño cuerpecito, digo muy dichosa agarrada de su mano "es mi abuelo".
Se escuchan risas, suspiros, exclamaciones. Al cabo de hora y media todos marchan felices y se despiden de él hasta la semana siguiente, diciéndole: "adiós Agustín", "hasta el sábado".
Él sale muy contento al ver que todos le animan a que siga. Y yo, con un orgullo aún más grande que mi pequeño cuerpecito, digo muy dichosa agarrada de su mano "es mi abuelo".
Muy bien Mercedes, te ha salido estupendo. ¿A que no ha sido tan difícil? Todo es ponerse.
ResponderEliminarHasta el próximo.
Muy bonito Mercedes
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