Esta vez tampoco nos pusimos de acuerdo, no llegó la sangre
al río, en realidad, ni nos salpicó, ante todo somos pacifistas y respetuosas.
Pero no hubo acuerdo, para algunas “La sonrisa etrusca” es una novela distraída
y fácil de leer. Dos cualidades que se agradecen en cualquier narración pero que
en este caso no las encuentro. El tal Salvatore ni me simpatiza ni me interesa.
Por supuesto no es necesario que un personaje caiga en gracia para que la
novela guste, pero es que esta sencillamente me aburre. En cuanto a la forma en
que está escrita, no tengo nada que objetar contra la economía lingüística,
adoro el lenguaje minimalista de Carver, y me transportan a lo sublime las frases
entrecortadas o las oraciones de una sola palabra de “Pedro Páramo”, pero en “La
sonrisa etrusca”, a veces, tengo la
sensación de estar leyendo un listado de telegramas. Y lo siento de verdad,
porque Sampedro me cae muy bien. En una ocasión pude verle por la tele y me
encantó como hablaba. Sus ideas me gustaron, eran claras, precisas y críticas
con la sociedad actual. Debió ser una persona extraordinaria. En fin, tiene muchas publicaciones, lo intentaré con otro de sus libros.
...para los amantes de las vocales y las consonantes.Espacio de encuentro no solo para los apasionados de la literatura, también para los indiferentes, los desenamorados, los buscadores, los solitarios, los alegres….para todo el que sin querer o queriendo se deje caer por este bulevar de palabras. Eduardi, Francine, Mercedes, Isabel,Silvia y Juana os dan la bienvenida.
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viernes, 31 de mayo de 2013
domingo, 26 de mayo de 2013
MI ABUELO
Ahí está, ya ha llegado, como todas las semanas. Los sábados y domingos a las cuatro de la tarde se abren las puertas del Teatro para recibir al público y a él, por supuesto, ya tiene su sitio guardado junto al piano. Se apagan las luces y se enciende la pantalla de cine mudo, y él con su cháchara fluida empieza a contar la historia de la obra, todos están atentos a lo que él cuenta.
Se escuchan risas, suspiros, exclamaciones. Al cabo de hora y media todos marchan felices y se despiden de él hasta la semana siguiente, diciéndole: "adiós Agustín", "hasta el sábado".
Él sale muy contento al ver que todos le animan a que siga. Y yo, con un orgullo aún más grande que mi pequeño cuerpecito, digo muy dichosa agarrada de su mano "es mi abuelo".
Se escuchan risas, suspiros, exclamaciones. Al cabo de hora y media todos marchan felices y se despiden de él hasta la semana siguiente, diciéndole: "adiós Agustín", "hasta el sábado".
Él sale muy contento al ver que todos le animan a que siga. Y yo, con un orgullo aún más grande que mi pequeño cuerpecito, digo muy dichosa agarrada de su mano "es mi abuelo".
martes, 21 de mayo de 2013
COGITO ERGO SUM: RENÉ DESCARTES Y JEAN-PAUL SARTRE
La locución
latina «cogito ergo sum», que en castellano se traduce como
«pienso, luego existo», siendo más precisa la traducción literal del latín «pienso,
entonces existo», es un planteamiento filosófico de René Descartes
(1596-1650), el cual se convirtió en el
elemento fundamental del racionalismo occidental. Esta idea aparece tanto en sus Meditaciones Metafísicas como en el Discurso del Método.
La frase
completa en su contexto es:
“Pero en
seguida advertí que mientras de este modo quería pensar que todo era falso, era
necesario que yo, que lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad: yo pienso, por lo tanto soy era
tan firme y cierta, que no podían quebrantarla ni las más extravagantes
suposiciones de los escépticos, juzgué que podía admitirla, sin escrúpulo, como
el primer principio de la filosofía que estaba buscando.” (Descartes, Discurso del Método)
“He advertido
hace algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había admitido como
verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado después sobre cimientos
tan poco sólidos tenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de suerte que
me era preciso emprender seriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme
de todas las opiniones a las que hasta entonces había dado crédito, y empezar
de nuevo desde los fundamentos, si quería establecer algo firme y constante en
las ciencias…(…)…Todo lo que he
admitido hasta el presente como más seguro y verdadero, lo he aprendido de los
sentidos o por los sentidos; ahora bien, he experimentado a veces que tales
sentidos me engañaban, y es prudente no fiarse nunca por entero de quienes nos
han engañado una vez…(…)…de todas las opiniones a las que había dado crédito en
otro tiempo como verdaderas, no hay una sola de la que no pueda dudar ahora.
(Descartes, Meditación
primera)
Y si existe algo que es el yo, entonces también puede existir la realidad de la cual el yo es un subconjunto y ciertamente lo real que hace concreto al yo. Esa es la base de la objetividad de la existencia.
Tal descubrimiento cartesiano sirve de piedra de toque para que la filosofía e incluso el pensamiento científico tengan cimentación racional y no metafísica.
El "yo pienso entonces (yo) existo" ha resultado básico para el desarrollo del pensar racional a partir del s. XVII. Será el pilar a partir del cual comenzará la “reconstrucción” del conocimiento.
JEAN-PAUL SARTRE: EL PUNTO DE PARTIDA
DEL EXISTENCIALISMO ES LA SUBJETIVAD DEL INDIVIDUO.
“En el punto de partida no puede
haber otra verdad que ésta: pienso,
luego soy; ésta es la verdad absoluta de la conciencia captándose a sí
misma. Toda teoría que toma al hombre fuera de ese momento en que se capta a sí
mismo es ante todo una teoría que suprime la verdad, pues, fuera de este cogito
cartesiano, todos los objetos son solamente probables, y una doctrina de
probabilidades que no está suspendida de una verdad se hunde en la nada; para
definir lo probable hay que poseer lo verdadero. Luego para que haya una verdad
cualquiera se necesita una verdad absoluta; y ésta es simple, fácil de
alcanzar, está a la mano de todo el mundo; consiste en captarse sin intermediario.
……Pero la subjetividad que
alcanzamos a título de verdad no es una subjetividad rigurosamente individual
porque en el cogito uno no se descubría solamente a sí mismo, sino también a
los otros. Por el yo pienso,
contrariamente a la filosofía de Descartes, y a la de Kant, nos captamos a nosotros mismos frente al
otro, y el otro es tan cierto para nosotros como nosotros mismos. Así, el
hombre que se capta directamente por el cogito, descubre también a todos los
otros y los descubre como la condición de su existencia.
Se da cuenta de que no puede ser
nada (en el sentido que se dice que es espiritual, o que se es malo, o que se
es celoso), salvo que los otros lo reconozcan por tal.
Para obtener una verdad cualquiera
sobre mí, es necesario que pase por otro. El otro es indispensable a mi
existencia tanto como el conocimiento que tengo de mí mismo. En estas
condiciones, el descubrimiento de mi
intimidad me descubre al mismo tiempo el otro, como una libertad colocada
frente a mí, que no piensa y que no quiere sino por o contra mí. Así
descubrimos en seguida un mundo que llamaremos la intersubjetividad, y en este
mundo el hombre decide lo que es y lo que son los otros.
….Nosotros inventamos los valores,
esto significa que: la vida, a priori, no tiene sentido. Antes de que ustedes
vivan, la vida no es nada; les corresponde a ustedes darle un sentido, y el
valor no es otra cosa que este sentido que ustedes eligen.”
(Sartre, el existencialismo es un humanismo)
domingo, 19 de mayo de 2013
LA ANGUSTIA, EL DESAMPARO Y LA DESESPERACIÓN DEL SER
EXISTENCIALISMO
En el siglo XX, entre los filósofos más representativos del existencialismo se encuentran Martin Heidegger, Karl Jaspers, Miguel de Unamuno, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus.
Sin embargo el existencialismo cobra fuerza en el siglo XX y particularmente tras las terribles experiencias que vivió la humanidad durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Los pensadores se preguntan ¿qué sentido tiene la vida?", "¿para o por qué existe el ser?", o "¿existe la libertad total?"
Hay dos clases de existencialismo:
1-
El existencialismo ateo representado por Heidegger
y los existencialistas franceses
entre ellos Sartre.
2-
El existencialismo cristiano representado por
Kierkegaard, Jaspers y Gabriel Marcel.
EL EXISTENCIALISMO ES UN HUMANISMO (1946)
Es una transcripción taquigráfica de una conferencia
del escritor y filósofo francés
Jean-Paul Sartre, que se considera el manifiesto del existencialismo.
Concepto:
“Entendemos por
existencialismo una doctrina que hace posible la vida humana y que, por otra
parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio y una
subjetividad humana”
Intentaré resumir las ideas fundamentales:
“La existencia precede a la
esencia” veámoslo con un ejemplo:
Si un artesano quiere fabricar un reloj, tiene que saber qué
es un reloj, para qué sirve y cómo se hace,
es decir, parte de un concepto y una técnica. Por lo tanto el conjunto
de cualidades y técnicas que permite definirlo y fabricarlo (la esencia)
precede a la existencia. Si concebimos
un Dios creador, este se asimila al artesano. Cuando Dios crea, sabe con
precisión lo que crea, produce al hombre siguiendo unas técnicas y una
concepción. El hombre, al ser creado de
esta forma, es poseedor de una naturaleza
humana, esta se encuentra en todos los hombres, lo que significa que cada hombre es un ejemplo particular de un
concepto universal, el hombre.
El existencialismo ateo dice: que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia
precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún
concepto, y que este ser es el hombre.
Así, pues, no hay
naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre no es otra
cosa que lo que él se hace.
El hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser
algo que se lanza hacia un porvenir, y que es
consciente de proyectarse hacia el porvenir.
Con nuestros actos creamos a la persona que queremos ser,
pero al mismo tiempo estamos creando una
imagen de la persona tal como consideramos que debe ser. Cuando elegimos algo
estamos afirmando el valor de lo elegido
y siempre vamos a elegir el bien y nada puede ser bueno para nosotros
sin serlo para los demás.
Al modelar nuestra imagen, nuestra responsabilidad es grande
porque compromete a la humanidad entera. Por ejemplo: si elijo ser cristiano,
estoy diciendo que la resignación es lo que conviene, que el reino del hombre
no está en la tierra. Si elijo casarme el mensaje que doy es la monogamia. ..
Por lo tanto el hombre es responsable de lo que es y
eligiendo se hace a sí mismo. Pero no solo es responsable de su estricta
individualidad, sino que es responsable de todos los hombres.
La angustia, el desamparo y la desesperación existencialista:
Angustia: porque cuando comprende que elegir para sí
es elegir para la humanidad, no puede escapar al sentimiento de su total y
profunda responsabilidad. Deberíamos preguntarnos antes de actuar ¿qué
sucedería si todo el mundo hiciera lo mismo?
Desamparo: porque Dios no existe, y por tanto no hay
frente a nosotros valores u órdenes que legitimen nuestra conducta. No hay
justificaciones o excusas para nuestros actos. No hay una naturaleza humana
dada y fija, es decir, no hay determinismo. El hombre es libre y por tanto responsable de todo lo que hace.
Pero con esto, Sartre, no trata de hacer culpable al hombre
de todo lo malo que hay, lo que pretende es que el hombre sea capaz de cambiar
la situación en la que vive cuando esta es dañina, es decir, que tenga el valor
de tomar las riendas de su vida y crear un mundo mejor.
El desamparo
implica que elegimos nosotros mismos nuestro ser.
Desesperación: porque nos limitaremos a contar con
lo que depende de nuestra voluntad, o con el conjunto de probabilidades que
hacen posible nuestra acción. Si tengo que llegar a una ciudad, un día y una
hora determinada, puede ocurrir que el tren descarrile, que haya una huelga…son
circunstancias que escapan a mi control y ningún Dios, ningún designio puede
adaptar el mundo y sus posibilidades a mi voluntad.
Si deseo
algo solo sé que haré todo lo que esté en mi poder para que llegue. El
quietismo es la actitud de la gente que dice: los demás pueden hacer lo que yo
no puedo.
El
existencialismo dice: solo hay realidad
en la acción. El hombre no es nada más que el conjunto de sus actos, nada más
que su vida.
El
existencialismo horroriza a algunas personas porque no les sirve para soportar
su miseria y poder pensar: las circunstancias han estado contra mí, yo valía
mucho más de lo que he sido.
Si en una novela
existencialista se describe seres flojos, débiles, cobardes y malos, no son estas
cualidades lo que asusta. Si como Zola, se dijera que son así por herencia, por
la sociedad, por un determinismo orgánico o psicológico, la gente se sentiría segura
y diría: bueno somos así, y nadie puede hacer nada.
Pero el existencialista,
cuando describe a un cobarde, dice que el cobarde es responsable de su cobardía.
Porque él a través de sus propios actos se ha convertido en cobarde. Y esto es lo
que horroriza, porque la gente quiere que se nazca cobarde o héroe para no tener
la responsabilidad de que el cobarde, si él quiere, se pueda convertir en héroe.
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