viernes, 3 de mayo de 2013


LA CITA



Cuando llegué, ya estaba allí.
Hacía tiempo que pensaba en este día, ¡tanto tiempo sin vernos! Aunque me había pedido que no dejara  pasar mucho  y así se lo prometí, pero me resistía a cumplir la promesa.
Hace años que nos conocemos. Fue algo circunstancial, imprevisto. Un día fui al encuentro de otra persona y allí estaba. Surgió la conversación y cuando me di cuenta le contaba mi vida, ¡con lo reservada que soy para eso!  Empezó gustándome su charla  fluida, sus preguntas certeras y la calidez de su voz.
Ahora me tiene atrapada, sabe cómo llegar hasta lo profundo de mi ser y yo me deshojo como una margarita. ¡Cuánto placer siento al derramar mi interior y dejarlo totalmente vacío…!
Todo el día estuve  pensando en la hora, que no se vaya a hacer tarde, tampoco quiero llegar temprano para que no note mi impaciencia. Mi pulso se acelera a medida que se acerca el momento.
Así  que cuando llegué ya estaba allí y creí morir al escuchar su voz que dijo bien alto:

¡¡ SIGUIENTE !! 


Isabel Mena 

2 comentarios:

  1. ya nos hiciste reir una vez, me alegra que te hayas decidido.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Es fantástico, me acuerdo cuando nos lo leístes por primera vez, un beso.

    ResponderEliminar